La suerte... de ser de este club
El CB Anres tomó la casa del Santa Aurelia imponiendo su juego desde el minuto 0. Más concentrados, con más tino a canasta y con la fortuna de recuperar a un gigante de las canchas como Kiko Lao.
La plantilla, antes de un montaje no apto para menores. |
El duelo comenzó bien para los anresistas. Simón destrozaba la individual del Santa Aurelia, asestando su fuerza y nutriéndose de los pases de Vicen, que se hinchó de dar asistencias. Iñaki intentó emular a Simón, pero le tocó recibir los palos bajo el aro. Pero hasta los tiros libres entraban. Mientras, en defensa estaba fino, con Bruno hartándose de ayudas y Linga estando concentrado. Toda esta ecuación acabó con una cómoda ventaja al descanso de 10-21.
Antes de terminar el primer cuarto llegaron los primeros relevos. Hacía mucha calor y el desgaste era importante. Desde el banquillo saltaron Blanco, Alberto, Dani, Marcos, Edu,... y Kiko. El mediano de los hermanos Lao se resintió hace meses de sus molestias e incluso llegó a hablarse de su retirada. Pero resucitó ayer, en una rentré en el que acabó con 12 puntos y un millón y medio de rebotes. Pese a todo, el segundo cuarto se vio que es un rival correoso. Sabíamos que el Santa Aurelia no iba a ser fácil de batir. De hecho, se había impuesto en los tres de los últimos cinco duelos. Cambiaron la defensa, bajó la anotación y recortaron distancias, con un parcial de 9-4.
Tras el descanso, llegó nuevamente el recital anresista. Mover, jugar, anotar y defender. Y a seguir. El tercer cuarto acabó con un parcial 7-12. Vuelta a los 11 puntos de ventaja (26-37). Al inicio del último cuarto llegaron los mejores minutos del CB Anres. Otra vez Kiko, una canasta de Alberto y el gancho a lo Ferran Martínez de Blanco. Máxima ventaja: 19 puntos. Pensábamos que el partido estaba resuelto, pero los de Santa Aurelia tiraron de orgullo, con tres triplacos y defensa asfixiante. No fue suficiente. Y eso que también se ayudó fallando hasta siete tiros libres seguidos. Victoria 46-55 y aún en la lucha.
Salto de Linga, con os barrilitos Simón y Hail Bruno. |
Dicho lo cual, la única suerte de la que puede presumir este equipo es de unos jugadores que son una gran familia, que vamos a una y que disfrutamos el antes, el durante y el después de los partidos. O si no, preguntad a los del bar del Santa Aurelia, donde casi estamos al nivel de CB Etílicos (¿cómo os pudisteis beber un barril entero en el torneo de Navidad?). Saud!
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